27 octubre 2025

Julien Blanc Gras

Un encuentro con Monachus monachus

Dejamos atrás la barca y nos acercamos, nadando como lobos para no hacer ruido. Nadamos por los altos acantilados azotados por las olas hasta que llegamos a una grieta. Es una pequeña cueva, estrecha y oscura, de unos veinte metros de largo, aislada de la luz del mar Egeo. Avanzamos pegados a las paredes, en fila india, para pasar lo más desapercibidos posible. Hasta que, en el extremo más alejado, vemos dos pequeños ojos que brillan en la oscuridad. Allí están, sobre los guijarros. Una hembra, acompañada de la cría que acababa de parir unos días antes. Contenemos la respiración y mantenemos la distancia. La prioridad es no asustarlos. El encuentro es furtivo, dura menos de un minuto. Ya hemos tenido que retirarnos.

He visto focas antes. Pero éstas son especiales. La foca monje del Mediterráneo(Monachus monachus) es una especie amenazada que estuvo a punto de extinguirse. En los últimos años, sin embargo, ha resurgido. Aunque sigue siendo rara, con apenas 500 ejemplares, las poblaciones están aumentando de nuevo. Esto se debe, en particular, al trabajo realizado por Mom (la asociación protectora de animales que nos ha guiado hasta aquí) y a las medidas de conservación aplicadas en la Zona Marina Protegida de Alonissos, que es uno de sus refugios.

Nuestro pequeño equipo -fotógrafo, cámara, redactor- sube de nuevo a bordo de la embarcación de los guardas de la AMP. Estamos rebosantes de alegría. Ha sido un momento excepcional. Hay tantas malas noticias sobre el medio ambiente que tenemos que saborearlas cuando vemos, sobre el terreno, que es posible invertir las tendencias para que la naturaleza pueda reclamar sus derechos.

Julien Blanc-Gras

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